martes, 27 de enero de 2009

ALMA PERDIDA...

Desolación…
Calíope ha muerto en el seno de su amargura,
Esperando el reencuentro
Con la bella canción,
De su inaudible corazón…
El grito se ahoga en un rumor de promesas…
Su esperanza,
La vía más próxima…
El recuerdo,
El albor del azar que se ríe cansino,
Por el júbilo hurtado…
Su trasegar se detiene,
En un halo de paz y harmonía,
Intentando buscar en la ironía,
Aquello…¿Qué no volverá?
Sigo su camino,
Su trasegar se detiene…
Hay que pensar…
Observa sus manos,
Encontrando
la tranquilidad mortal de su nada…
Respira por sus hondas heridas,
El veneno dulce de la melancolía…
El falso consuelo,
Cubre sus llagas,
Postergando el momento de obscuridad…
Y muere l-e-n..ta-m-e-n…t…e…
En su último suspiro,
Acalla su mente,
Abre su corazón,
Y con un gemido mudo,
Pronuncia…
El nombre de su único amor,
La causante de su desolación…
LA PRINCESA DE GREDA...es el amor…

EL CIRCULO...

Tengo un sueño…
En él… el ave del recuerdo… se balanceaba en la cúpula de un olvidado campanario…él, en su inanición, intentaba comprender las marcas que en su cuerpo dejo la soledad… se elevo, y en lo alto, vio un sin fin de rostros tallados en la tierra… curioso descendió… y en su planear bajo…reconoció en la amalgamada superficie, un aroma familiar… era el aroma a muerte… impregnado por la fuerte sensación que le producía este aroma… poso su cuerpo vacio en el rostro de un niño…este último, con una mueca de dolor, dejo escapar un agonizante suspiro y se desvaneció, fundiéndose con la tierra obscura que lo nutría… el ave, inquieto por aquel aroma, no se percato de lo sucedido…saltaba de un rostro a otro y el eco del dolor se difundía por aquella tierra menospreciada por aquel vástago de los aires… siguió de un lado a otro consumido por un letargo abrumador, buscando el aroma causante de su creciente locura… abatido por la desesperación comenzó a picotear la tierra, imaginando que sus negras capas cobijaban tan deseado aroma… la ruina de su cuerpo, evidenciaba lo aprisionado que lo tenía aquella sensación…no había salida, toda su voluntad se remitía a develar tan anhelado sueño, a develar como vivir en él, no solo sentirlo si no acogerlo en el seno de su todo y de su nada… picoteo una y otra vez, pausadamente, rítmicamente y en lapsos cortos, escarbaba con paciencia ayudado por sus patas…el aroma era cada vez mas fuerte… y entre más profundo era el hueco, su embriaguez se acentuaba en su ser con más intensidad… arremetía con su pico aquel cruel enemigo, y en uno de sus violentos ataques su pico se pulverizo…su mente, envuelta por un sueño mórfico, no le permitió observar el despojo en el que se había convertido…ayudado por sus alas, sacudió un fina capa de tierra que cubría aquella superficie diamantada… una sombra cubrió su cara…desolación… el aire se vicio con el más profundo rencor …en su mente, comenzaba a generarse una espesa neblina…verticalizo su vuelo…se sostuvo como una nube sobre aquel lugar que minutos antes había sido morada de su locura …extendió sus alas, una luz crepuscular se reflejaba en sus ojos alegorizando su inevitable fin…

Abro los ojos…
Tuve un sueño…
El fuerte dolor de cabeza no me deja recordarlo….me levanto despacio perdido en la tranquilidad de esta blanca habitación…acaricio inconscientemente con mis manos el lecho que ahora dejo…es de plumas y de aire…me levanto apoyándome en una mesa de pino situada al lado derecho…me detengo a observar los objetos que sobre ella descansan…una hoja de papel verde escrita en una lengua que no reconozco, un tintero rojo, una vela y una larga pluma color índigo… salgo de la habitación y los rayos del sol me enceguecen por un instante…intento reconocer el paisaje que ahora se dibuja ante mi… no logro recordar nada, no sé quien soy ni donde estoy…a pesar de la incertidumbre de mi origen, me dejo llevar por los maravillosa policromía de una naturaleza hechizante… de su vegetación generosa, orquídeas, jazmines, azucenas, rosas, girasoles y con ellas y muchas más, un sinfín de los más exquisitos aromas, evocan un paraíso prometido… camino por un sendero que atraviesa el inmenso jardín… sigo por una larga línea de piedras que me conducen…no sé donde… sólo camino impulsado por la incertidumbre de saber, cual es el final…a lo lejos, veo una mujer de rodillas que se peina desnuda a la orilla de un lago escarchado…me aproximo lentamente…del cuerpo de aquella mujer emana una luz intensa, cálida, vital, acogedora… siento estar viendo una imagen nunca vista…cierro los ojos intentando pensar en la certeza de su materialidad…esta ahí…su presencia es real y envolvente….me dejo seducir por su encantadora figura… me acerco…me detengo, acaricio con la mirada cada contorno de sus impenetrables pliegues…su figura es incomparable, se refleja en aquel manantial escarchado que adorna con el más osado clamor su presencia… me pierdo en ella…de pronto, la mujer se percata de mi presencia… lanza sobre mí una tierna mirada… su postura inamovible me da a entender que me estaba esperando…sonríe…un instante infinito del mas profano deseo, comienza a invadir cada rincón de mi enajenado ser… los segundos pasan, se dibuja un puente etéreo entre nuestras miradas…me habla…con una sutil voz que extrémese mi mente, mi cuerpo mi corazón… todo mi ser…caigo en un delirante sopor…la escucho… “este lugar es para ud, esta hecho con mi sangre... lo plasme con la pluma de un ave errante que murió buscando su sueño… y que renació… para ver la fugacidad de su más arraigado deseo...” en ese instante la mujer se convirtió en cenizas y en humo… caigo al suelo debilitad por un intenso y punzante dolor…una lagrima… Orfeo me acoge en su reino…
Tengo un sueño…
Sostengo mi vuelo como una nube sobre aquel lugar que minutos antes había sido morada de mi locura…extiendo mis alas…caigo velozmente embargado por un odio desmedido… choco contra el espejo de mi deseo… y como designio de una fuerza creadora muero…

EL AGAPANTO AZUL

Busco, busco, sigo buscando…


Cierro las puertas sin mirar a tras, intentando no recordar lo ya vivido. Imposible sofisma de una voluntad agazapada en el ático saturado de mis miedos, de mis sueños. Subo, bajo, camino, miro, me detengo, me siento en el sillón purpura de mi inmediatez, descanso, prosigo sigo, en esta mi casa, mi guarida, mi morada, mi hogar. Creo haberlo visto todo en este lugar… no es así. Siempre, llegan a mí como un rayo de luz alucinante, los más incomprensibles cuadros de un tiempo inexistente. Están en las paredes. No reconozco lo que allí se plasma, solo lo nombro, acaso ¿no me enseñaron hacerlo?, lo hago envuelto por un poder ajeno. Un poder ambiguamente arcaico, que limita mi mundo vital a un mundo ya nombrado. Plagio tras plagio. Que mas da… esa es la esencia de todo el decorado. Solo son escenas de una vida distinta, que evocan la esperanza de una muerte cada vez más próxima. Las miro detenidamente, las acaricio, las olisqueo, paso mi lengua por cada una de ellas, y me consumo por un sabor etílico. La embriaguez golpea mi frente y con él, el acto emético de soñar. Limpio meticulosamente. Todo en bolsas y al ático. Miro hacia la ventana. La observo cuidadosamente. Queda en ella una pequeña mancha que vicia su frágil traslucidez. Me apresuro a limpiarla. Escupo un par de veces sobre un pedazo de trapo viejo y descolorido que me encuentro en el piso. Comienzo a frotar el trapo suavemente sobre aquella mancha, es viscosa y de un azul intenso. No desaparece, por el contrario comienza propagarse su textura y su color cada vez más por aquel cristal. Sigo en vano limpiando. La mancha, termina apoderándose de toda la superficie… me siento en el sillón purpura sin mirar la asida mancha que ahora habita en mi hogar. Vuelvo a observar aquel metamorfoseado ventanal… hay vida en él…la mancha se mueve en olas rítmicas, de arriba a abajo. De derecha a izquierda. En círculos y semicírculos. En su rítmico movimiento poco a poco se va tallando en el centro la forma de una flor. Es un hermoso agapanto. La mancha viscosa se transforma… de ella no queda más que su color. Me dejo hechizar por su hermosura y me arrojo violentamente sobre ella…


Caigo, caigo, sigo cayendo… ahora miro a lo lejos aquella ventana rota donde habitaba el más hermoso agapanto azul….